Khadidjia el Djeblia fue militante del movimiento de liberación de Argelia en un pueblo de la provincia de Medea. Tras la independencia, en 1970, revivió los traumas de la guerra, y debió ser internada en el hospital psiquiátrico de Blida. Sus hijas, Turquía y Aicha, fueron recogidas en un centro para hijos de chouhada (mártires), como lo era su padre. Allí recibieron formación artística. Turquía se convirtió en bailarina del Ballet Nacional Argelino, y decide contarle a su hija su propia experiencia y la de Khadidja.